El consumidor cada vez más exigente además de elegir un producto porque le gusta y por su calidad busca el atractivo de los establecimientos que visita, cualquiera que sea su actividad comercial. La vitrina, la fachada, es la tarjeta de presentación de un negocio por eso es importante que el empresario se preocupe por actualizar ese espacio, para montar una vitrina lo primero que hay que hacer es analizar las posibilidades materiales (dimensión, decorados, iluminación), económicas (presupuesto) y comerciales (calidad y cantidad de productos) que tiene cada establecimiento, después hay que tener en cuenta que los artículos que se exhiban deben reunir tres cualidades: ser atractivos a la vista, actuales y con buen precio. Pero a partir de ahí la imaginación es fundamental para potenciar la diferenciación.
